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La Dra. Heitzmann, otorrinolaringóloga de la Clínica Universitaria de Navarra en la sede de Madrid, especialista en el estudio y tratamiento de los acúfenos, me enseñó esta terapia que ahora comparto con orgullo porque consiguió mejorar considerablemente mi hiperacusia severa, pero además también permite tolerar mejorar nuestros acúfenos. Es fácil, sólo se necesita tiempo, paciencia, constancia y un ambiente tranquilo donde poder disfrutar de la música...

Terapia desensibilizadora 

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Esta terapia auditiva se suele utilizar para desensibilizar el oído de aquellos ruidos que nos molestan, ya sean externos o nuestros propios acúfenos. No es dolorosa, no tiene coste alguno y se puede realizar cada día.

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Para llevarla a cabo, es muy importante tener en cuenta dos cosas: la música que vamos a escuchar y los cascos (como los de la imagen), que deberán preferiblemente cubrir toda la oreja, al menos al principio (más adelante se podrán utilizar los auriculares normales, mejor con un protector de goma o de plástico que sin él).

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Para que el oído afectado se acostumbre a los sonidos, debemos proyectarle en pequeñas dosis algunos ruidos que pueda tolerar. Para ello, buscaremos música adecuada, que no contenga cambios bruscos de volumen (como pasa, por ejemplo, incluso con algunas canciones de música clásica).

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Música para yoga, raiki, taichí, de relajación y de sonidos de la naturaleza es la recomendada (ver ejemplos más abajo).

¿En qué consiste?

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Es fundamental:

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  • Realizarla en un ambiente tranquilo (apagando el móvil, la televisión y evitando otro tipo de interferencias, especialmente las sonoras).

  • Realizar una actividad que te guste, que te mantenga distraído/a y relajado/a mientras haces la terapia.

  • Utilizar los cascos que hemos mencionado antes (cubriendo toda la oreja).

  • Ser perseverantes y no dejar de hacerla hasta que no se noten los resultados (mayor tolerancia a los ruidos externos y a nuestros propios acúfenos).

  • Intentar desconectar y descansar mientras realizas la terapia.

  • Manejar adecuadamente el volumen, bajándolo si notamos que nos molesta o subiéndolo si creemos que no oímos bien la música.

  • Utilizar los cascos y esta música (a un volumen que toleres y puedas oír sin esfuerzo) cuando vayas a lugares ruidosos (como restaurantes, supermecados, calles con mucha gente...), sobre todo si estás en una época complicada con la hiperacusia.

  • Hacer uso de tapones que te aíslen del ruido, pero sólo en los casos de ruido extremo y de mucha intolerancia, dolor e inestabilidad. No te acostumbres a usarlos o acabarás dependiendo siempre de ellos y la hiperacusia y los acúfenos serán cada vez más inaguantables.

  • Evitar siempre el silencio. Para ello, intenta tener siempre de fondo música ambiental (como la que hay más abajo de ejemplo) a un volumen que toleres y no te moleste.

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La terapia se llevará a cabo de semana en semana, modificando el volumen:

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  • Durante la primera semana, escucha durante una hora la música en los cascos a un volumen que no te moleste en absoluto, pero que puedas escucharla sin esfuerzo. Cuando regules por primera vez el volumen, tenlo en cuenta para permanecer en ese mismo volumen durante toda la semana. Y, si al principio no puedes aguantar una hora escuchando la música sin cansarte, permanece sólo el tiempo que puedas y vete aumentándolo poco a poco cada día.

  • A la semana siguiente, vuelve a realizar lo mismo pero intentando subir un poco el volumen (e incrementando el tiempo si es que aún no has conseguido escuchar la música durante la hora estimada). Es recomendable, entonces, permanecer la primera media hora escuchando la música atentamente para percibir si te molesta la subida del volumen porque, si es así, habrá que volver al volumen de la semana anterior y seguir una semana más a ese mismo volumen.

  • Una semana después, en la tercera semana, realizaremos de nuevo el mismo procedimiento, intentando subir nuevamente el volumen de la música. No importa cuántas semanas pasen hasta que puedas subir el volumen sin que te moleste. No desesperes y, recuerda, la perseverancia en esta terapia va a ser tu mejor aliada.

  • Cuando hayas podido subir el volumen durante tres semanas seguidas, emplea una cuarta para mantener el volumen más alto al que has podido llegar.

  • Tras cuatro semanas subiendo el volumen, durante la quinta semana cambia la fuente sonora quitándote los cascos y escuchando la música desde un aparato externo. Sigue realizando una actividad que te guste y te entretenga, regula el volumen de manera que puedas tolerar el sonido y sigue disfrutando.

  • Repite los pasos anteriores que hiciste con los cascos, pero esta vez utilizando sólo la fuente sonora externa.

  • Tras tres semanas subiendo el volumen con los cascos puestos, una cuarta manteniendo el volumen, tres semanas más subiendo el volumen de la fuente sonora externa y otra cuarta manteniendo el volumen, volveremos a repetir los pasos del principio utilizando los cascos de nuevo, hasta que sintamos que los acúfenos no nos desesperan tanto como antes de empezar con la terapia y que podemos tolerar mejor los ruidos de nuestro alrededor.

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Música de ejemplo
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